La importancia de la reflexología podal


¿Habías oído hablar antes de la importancia de la reflexología podal? La reflexología como tal es una terapia que forma parte de la reflexoterapia, con la que mejoramos nuestro bienestar a través de la estimulación de diferentes puntos de los pies. La técnica posee numerosos beneficios, además de ser inocua.

Para ello, se basa en los mapas que poseemos en nuestros pies, siguiendo los puntos anatómicos, órganos y vísceras. Mediante la aplicación de maniobras específicas sobre las zonas de dolor que el paciente indica, se consigue la estabilización y normalización progresiva de las funciones fisiológicas que puedan encontrarse alteradas.

Sin duda, una de las técnicas que mayor popularidad está consiguiendo en los últimos años. Su origen es oriental y se remonta hasta 5.000 años atrás. Veamos por qué es tan importante la reflexología podal.

Por qué es importante entender la reflexología de nuestros pies

Normalmente, descuidamos nuestros pies, cuando en realidad son una parte muy importante. Sin ir más lejos, son el sustento de todo nuestro cuerpo en el día a día. De ahí la importancia de un correcto cuidado de los pies. Así mismo, si somos especialistas en reflexología del pie y lo tratamos de forma competente, podremos mejorar muchísimas dolencias y molestias que afecten, incluso, a otras partes de cuerpo que estén relacionadas.

Gracias a los enormes beneficios de la reflexología podal, su popularidad no ha ido más que en aumento. En la Escuela Masternatura contamos con profesionales que imparten cursos de formación de reflexología podal. Con el conocimiento de estas técnicas milenarias, podrás aprender todas las partes reflejas de nuestro pie, así como su anatomía, métodos de corrección y protocolos de actuación para conseguir una práctica mucho más profesional.

Dolencias que puede tratar la reflexología podal

Entre las dolencias o patologías que puede tratar la reflexología podal encontramos:

  • Dolores de espalda, de tórax, de cuello y de cabeza, incluidas las migrañas
  • Estreñimiento y gastritis
  • Dolores menstruales en mujeres
  • Alteraciones respiratorias, como por ejemplo el asma
  • Diabetes
  • Lesiones articulares como luxación, esguince o contusión
  • Lesiones musculares como agujetas, elongaciones o contracturas

Gracias a la técnica de reflexología podal, se evocan facultades curativas que se encontraban “dormidas” en nuestro cuerpo. Con su práctica favorecemos el equilibrio del cuerpo, ya que se restablece la armonía en todos sus procesos, desde físicos hasta mentales y emocionales. La reflexología podal produce un “burst” de energía que establece la paz disipando las emociones.

Cuando no emplear la reflexología podal

Existen algunos casos en los que la aplicación de la reflexología podal puede ser contraproducente. Lo mejor es acudir a un especialista y no automasajearse libremente. Estas son algunas de las dolencias o patologías que en las que no se debe utilizar esta práctica:

  • Si se presenta insuficiencia renal o cardíaca
  • Si existen infecciones agudas
  • Si hay presencia de desórdenes en la sangre como tromboflebitis o flebotrombosis
  • Si tenemos fiebre
  • Si es una mujer embarazada con riesgo de aborto
  • Si se presentan lesiones en la piel como eczemas o heridas
  • Si se padece cáncer
  • Si tenemos diabetes
  • Si se está recuperado de una cirugía

No significa que no se pueda ejecutar la reflexología podal en estas situaciones, sino que se debe consultar previamente con el médico o especialista.

Tipos de mascarillas faciales ¿Cuáles son las mejores?


Las mascarillas faciales han resultado ser el complemento perfecto para los masajes en la cara. Este tipo de prácticas ayudan mucho a regenerar la piel de la cara por tener las mascarillas una gran concentración de principios activos que, de manera instantánea, actúan sobre la superficie de la piel e incluso las capas más profundas de la epidermis. Hasta no hace mucho tiempo, las mascarillas faciales no se empleaban con tanta asiduidad. Sin embargo, en los últimos tiempos, este tipo de productos se han ido incorporando al mercado más común por parte de marcas de belleza, salud y bienestar.

Con respecto al sector de las terapias manuales, el uso de mascarillas faciales es un complemento perfecto a cualquier tipo de tratamiento con manipulación facial. Ya que relaja, nutre y repara la piel de la cara, con todos los beneficios que ello conlleva. Por eso, os vamos a hablar de los tipos de mascarillas faciales y cuáles son las mejores.

Mascarillas clásicas

Son las mascarillas faciales que hemos usado toda la vida. Se aplican con los dedos sobre el rostro, aplicando la mezcla que viene en un frasco, como si de crema hidratante se tratara. En estas mascarillas no encontramos todo tipo de funciones: exfoliantes, hidratantes, reafirmantes… Estas se recomiendan sobre todo para pieles muy secas.

Mascarillas ‘peel off’

Mascarillas que tienen una textura de gel adaptable a la cara, de aspecto gelatinoso, cuyo principal objetivo es eliminar todas las impurezas de la piel cuando se retiran. Para que funcionen correctamente, se recomienda tomar un baño previo con agua caliente, ya que los poros de nuestra piel se abrirán y beneficiará la retirada de impurezas. A la hora de retirarla, se debe hacer con cuidado, retirando la mascarilla desde la parte inferior del rostro hasta arriba.

Mascarillas oclusivas

Estas mascarillas son muy buenas ya que favorecen que nuestra piel absorba cualquier tipo de crema o sérum que apliquemos debajo de esta. Para tratamientos más exhaustivos viene de maravilla.

Mascarillas de barro

Muy habituales en centros de salud y estética. Su función es doble ya que limpian e hidratan al mismo tiempo. Se suelen hacer con arcilla (que tiene propiedades calmantes, estimulantes y regeneradoras) y también funciona muy bien para limpiar poros. Se usa una brocha y no se necesitan más de 15 minutos de aplicación.

Mascarillas de velo

Muy frecuentes en países orientales como Japón o Korea. Se trata de mascarillas de celulosa impregnadas con principios activos variados, dependiendo del tratamiento a efectuar. Son realmente cómodas ya que su diseño permite la adaptación a cualquier rostro. No dejan residuos por lo que es una de las más cómodas.

Mascarillas en polvo

Como su propio nombre indica, se hacen a partir de polvo mezclado con agua. La mezcla homogénea que resulta de esta fusión no deja ningún tipo de residuo. Pero si que es cierto que cada vez se usa menos ya que hay que mezclarla anteriormente y se tarda un poco.

Mascarillas en stick

Mascarillas de aplicación muy sencilla y de fácil dosificación. De esta manera nos aseguramos de no macharnos y de aplicar la cantidad adecuada, no desperdiciando producto. También, este tipo de mascarillas permiten mezclar diversos principios activos, en lo que se conoce como multimasking.

Mascarillas burbuja (bubble masks)

Mascarillas carbonatadas de gran actualidad. Procedente del país asiático de Korea, esta se aplican en la cara y a los 5 minutos, el principio activo comienza a efervescer al entran en contacto con la piel, lo cual genera unas burbujas que limpian a fondo los poros.

Mascarillas caseras

Estas son las mascarillas que nos fabricamos nosotros mismo en casa con ingredientes que todos podemos tener. Miel, aloe vera, avena… tienen propiedades muy buenas para la piel.