¿Cómo tener una buena postura corporal? Consejos para lograrlo


Mantener una buena postura corporal es vital para cuidar nuestra salud general, así como para evitar dolencias y molestias incómodas. Nuestro día a día requiere del movimiento continuo de nuestro cuerpo. Aunque también, requiere de momentos de inmovilidad completa o parcial, como cuando estamos trabajando o durmiendo. Por lo que, prestarle algo de atención, ya sea cuando esté en movimiento o quieto, nos resolverá bastantes problemas.

¿Cuál es la postura ideal?

La postura ideal es la posición en la cual mantienes tu cuerpo en el espacio. Esta postura te proporciona la capacidad de mantener una buena posición, tanto si estás sentado, como tumbado o de pie. Te debe permitir realizar cualquier movimiento utilizando el mínimo de contracción muscular y de tensión en los ligamentos.

La clave para lograr la postura óptima es la posición de la columna vertebral. Cuenta con tres curvas naturales: en el cuello, en la parte media de la espalda y en la parte baja de la misma. Nuestra postura debe respetar dichas curvas naturales, eso sí, sin aumentarlas. Nuestra cabeza debe estar erguida sobre los hombros, y los hombros, alineados con las caderas.

¿Cómo tener una buena postura?

Mantener una buena postura corporal debe ser cómodo y natural. Aunque, al principio, si tenemos viciadas ciertas posturas, puede costarnos un poco más. Podemos sentirnos incómodos en esta nueva posición, pero es normal. Nuestros músculos, articulaciones y ligamentos empiezan a funcionar de forma diferente y se tarda pocos días antes de sentirte a gusto y relajado con la nueva postura.

Algunos consejos para mantener una buena postura serían:

  • Hacer deporte y mantenerse activo: cualquier tipo de actividad física puede ayudar a mantener una buena postura. Sobre todo, algunos como el yoga o el tai chi, que se centran mucho en la conciencia y postura del cuerpo. También, es muy importante realizar ejercicios de fuerza, con los que fortalecer nuestra espalda, abdomen y pelvis.
  • Ser consciente de la postura que tenemos: en nuestro día a día debemos fijarnos en cuál es la postura que tenemos. Ya sea cuando andemos, corramos, estemos sentados, lavemos los platos o miremos la televisión.
  • Mantener un peso saludable: cargar con peso extra cada día acaba afectando a los músculos abdominales, causando problemas de la pelvis y de la columna vertebral, además de contribuir al dolor lumbar.
  • Usar zapatos cómodos evitando los tacones: tan importante es nuestra postura corporal como cómo pisan nuestros pies. La pisada afecta a nuestra posición corporal, influyendo en el equilibrio y obligando a nuestro cuerpo a caminar diferente.
  • Comprobar que la superficie de trabajo esté a una altura cómoda: es primordial saber cómo mantener una buena postura en el trabajo para que no nos afecte negativamente:

¿Cómo afecta a mi salud la postura?

Si no mantenemos una buena postura corporal, es más probable padecer de malestar o patologías como:

  • Contracturas posturales
  • Desarrollo de procesos degenerativos
  • Calambres y hormigueos
  • Hernias discales
  • Lesiones de menisco, ligamentos y tendones
  • Fracturas vertebrales o roturas musculares, en los casos más graves
  • En la etapa infantil, desviaciones de columna tanto en el plano lateral como en el frontal

Si, por el contrario, conseguimos mantener una buena postura podremos:

  • Reducir la fatiga, ya que, estaremos utilizando los músculos de forma eficiente y necesitaremos menos energía para movernos
  • Mantener los huesos alineados correctamente, así como las articulaciones
  • Reducir la tensión en los ligamentos manteniendo alineadas las articulaciones
  • Prevenir la tensión muscular al igual que los problemas de fatiga
  • Minimizar las cargas de las articulaciones
  • Ayudar a aumentar la autoestima, ya que cuanto más erguidos, más confianza

Importancia del cuidado de los pies en la salud general


Tener unos pies saludables repercute en nuestra calidad de vida y en nuestra salud en general. Son nuestro único apoyo de cada día donde sostenemos todo nuestro peso. Un solo pie debe aguantar el doble de peso en cada paso, y si hablamos de correr este te peso de multiplica por dos. Además de ser nuestro punto de apoyo, son los que nos permiten desplazarnos y movernos de un sitio a otro. Si recorremos diariamente 10.000 pasos podemos traducir esta distancia en dar cuatro veces la vuelta al mundo simplemente caminando. Esto son muchos kilómetros que nuestros pies deben ser capaces de realizar. Por ello, es importante mantener la máquina a punto y hacer revisiones periódicas. Lo normal es acudir al podólogo o al médico cuando tenemos dolores insoportables o para molestias puntuales. Sin embargo, lo óptimo es acudir al menos una vez al año, ya que podemos prevenir numerosas patologías.

Beneficios de tener pies sanos

Revisar nuestros pies ya sea en una consulta periódica, o nosotros mismos, ayuda a comprobar que no haya ningún problema, desde una ampolla hasta una inflamación. Por ello, cuidar nuestro medio de desplazamiento debe ser vital. Al usarlos todos los días, es fácil su deterioro. Hacer revisiones anuales es lo más aconsejable para evitar la aparición de molestias o enfermedades más graves:

  • Previene enfermedades: mantener unos pies limpios y sanos ayuda a prevenir la mayoría de las patologías relacionadas con la higiene, como, por ejemplo, los hongos o papilomas.
  • Mejora nuestra calidad de vida: tener unos pies sanos repercute en nuestro día a día. No hay nada más incómodo que dar un paseo y sufrir alguna molestia relacionada con la salud de los pies. Por ejemplo, los cayos o los dolores en la planta de pie. Muchas veces no valoramos la calidad de nuestros pies hasta que empezamos a tener problemas por falta de cuidado.
  • Se gana en autonomía: tener uno pies sanos no solo previene enfermedades, sino que mejora nuestra autonomía y nuestra capacidad de ir a donde queramos.
  • Mantiene activo nuestro cuerpo: uno pies saludables repercuten en la movilidad corporal y aumenta la capacidad de prevenir caídas o tropiezos.

importancia de tener pies sanos

Enfermedades más comunes que podemos evitar

Existen muchas enfermedades o patologías que podemos evitar si cuidamos la salud de nuestros pies. Algunas son provocadas por un descontrol en la edad infantil o descuidar nuestros pies en la adolescencia. Por ejemplo, una mala pisada si no se corrige desde pequeños, puede evolucionar a lesiones u otros síntomas. De ahí su importancia de detectarse a tiempo con la ayuda de un especialista. Algunas de estas enfermedades provocadas por una mala pisada son las conocidas como lesiones musculares y osteoarticulares, como por ejemplo, fascitis plantar, sobrecargas musculares o tendinitis. Además, las lesiones podales suelen repercutir en otras extremidades que acaban sufriendo las consecuencias, como la columna vertebral, las rodillas, o la cadera.

También, algunas son provocadas por nuestra actividad diaria. Personas que pasan mucho tiempo de pie en el trabajo o que utilicen tacón de forma habitual, puede desarrollar lesiones como esguinces de repetición, tendinitis, gemelos sobrecargados, espolón calcáneo o metatarsalgias.

10 Consejos para cuidar nuestros pies

Desde Escuela Masternatura sabemos la importancia del cuidado de los pies en nuestro día a día. Por ello, hemos redacto 10 consejos clave para mantener su salud o mejorar su estado:

  1. Llevar una buena alimentación: bien es sabido que la base de un cuerpo sano es una buena alimentación. Pues para unos pies saludables también es importante. Sobre todo, cuando se padece diabetes, ya que un azúcar muy elevado en sangre puede perjudicar a los nervios periféricos, que son los responsables de enviar información del cerebro y la médula espinal al resto del cuerpo. Además, una mala alimentación puede explicar el por qué los pies a veces están fríos. En ocasiones esto debe por un déficit de vitaminas del grupo B (B6 y B9), de ácido fólico o de vitamina B12.
  2. Ducharse con agua fría y caliente: dar una ducha alternado agua fría y agua caliente es beneficioso para activar la circulación de la sangre en nuestros pies.
  3. Utilizar un buen calzado: un zapato incómodo puede ocasionar graves problemas a la larga. El uso diario de tacones no es recomendable, y este no debe superar los 4 cm de tacón. Además, utilizar un zapato demasiado apretado puede ser la causa de tener pies hinchados. Si está demasiado ajustado, el zapato puede impedir la correcta circulación de la sangre.
  4. Cortar las uñas con regularidad: mejor cortar las uñas de forma recta y evitar cortarlas con forma curva.
  5. Secar bien los pies: al salir de la ducha es importante secar bien los pies y no taparlos inmediatamente. Además, es recomendable no calentarlos en radiadores o estufas, ya que este tipo de secado puede favorecer la aparición de sabañones. En esos casos lo mejor es masajear el pie para activar la circulación.
  6. Usar calcetines de fibras naturales y calzado transpirable: este tipo de complementos para nuestros pies son los más adecuados ya que permiten una buena transpiración. Por ejemplo, los calcetines que son de algodón son una buena opción.
  7. Estar bien hidratados: al igual que la alimentación, estar bien hidratados es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, y por tanto, también de nuestros pies.
  8. Tener una higiene adecuada: una mala higiene puede ser la explicación de por qué los pies huelen mal en ciertas ocasiones. Esto también puede estar provocado por el tipo de zapato o por los materiales que lo constituyen, ya que hay algunos que favorecen el sudor o impiden su transpiración. Tan importante es mantener limpios los pies como el calzado que utilizamos.
  9. No andar descalzo por lugares públicos: sobre todo si se tratan de espacios húmedos que puedan favorecer la aparición de hongos.
  10. Hacer ejercicio moderado de forma regular: los ejercicios demasiado agresivos o de gran impacto pueden perjudicar la salud y el estado de los pies con el tiempo. Lo mejor es realizar un ejercicio moderador a adecuado a nuestras capacidades, ya que favorece la oxigenación y el riego sanguíneo a lo largo del cuerpo.

Para finalizar, te dejamos un consejo extra, ya que se ha demostrado que andar descalzo favorece la circulación sanguínea, además de liberar estrés o ejercitar la musculatura de los pies. Ahora nuestras madres no podrán enfadarse si nos pillan sin zapatos por casa.